LUCA D’ANNUNZIO
Luca D’Annunzio inicia sus estudios musicales, de canto y piano en Buenos Aires a los 4 años. Dentro de sus formadores destacan las enseñanzas recibidas bajo la tutela del celebrado pedagogo italiano Antonio De Raco. Posteriormente amplía su formación académica en la Facultad de Bellas Artes, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, incursionando en la dirección orquestal y música de cámara. Realiza estudios de perfeccionamiento pianístico bajo la guía de la maestra Ofelia Montalván; y de armonía y composición bajo la dirección de la doctora Yulia Kazharskaya.
Ha ofrecido conciertos en Argentina, España, Francia e Italia, destacándose los realizados en el Teatro 1º de Mayo de Santa Fé, sala Mozart del Auditorio de Zaragoza, Teatro Monumental de Madrid, entre otros. En el marco de la temporada XXIII de los Conciertos de Radio Clásica, ha grabado para Radio Nacional de España obras de Reynaldo Hahn, Philippe Gaubert, Alberto Williams, Carlos Guastavino y Ángel Lasala. Por encargo de Radio y Televisión española (Rtve) instrumenta los cuatro ciclos de canciones de la producción de Francesco Paolo Tosti y Gabriele D’Annunzio, para ser estrenados en el marco de los conciertos A la carta transmitidos por canal 2 de la misma emisora.
Su formación inicial en el canto sentó las bases de su cultura auditiva y de la construcción de un criterio estético que tuvo como principal referencia el legado de los cantantes de fines del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. La creciente identificación del actual estado de decadencia y alejamiento de la tradición en el arte del canto lo condujo a explorar el legado de los grandes maestros de la historia y a consolidar su vocación pedagógica.
Desde entonces, y con el propósito de esclarecer y restaurar las coordenadas filosóficas, estéticas y técnicas de la escuela italiana del canto, forman parte de sus investigaciones las enseñanzas de Caccini, Tosi, Porpora, Mancini, Aprile, Corri, Righini, Tacchinardi, Nozzari, Pellegrini Celoni, Bordogni, Crivelli, Rubini, Busti, Nava, Lamperti, Abt, Lind, Viardot, Marchesi, Giraldoni, Ghislanzoni, Stockhausen, Cotogni, Tosti, Myer, Lehmann, Shakespeare, Viñas, Tetrazzini, Caruso, Pertile, Lázaro y Lauri-Volpi. Impulsado por estos escritos, y por el fundamental contacto con grandes cantantes y maestros vinculados a la tradición italiana, encauzó sus esfuerzos hacia la reconstrucción del conocimiento perdido.
El Fondo Nacional de las Artes de Argentina avaló y premió sus investigaciones en el marco del Concurso de Becas Nacionales para Proyectos de Investigación; con este auspicio comenzó su actividad como maestro de canto, dictando conferencias y cursos para el Fondo Nacional de las Artes y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional La Plata. Desde entonces ha desarrollado su carrera como investigador y pedagogo en el arte del canto en Argentina, Italia, Francia, España y EEUU.
Actualmente se encuentra radicado en Italia, donde consolida su labor pedagógica. Se encuentra dedicado a la investigación teórica y práctica de los métodos y tratados que conformaron el currículo de los estudios de canto de la escuela francesa durante el siglo XIX, con la finalidad de rescatar sus enseñanzas y estudiar el camino de origen hacia la escuela italiana que fue abanderada por los siguientes maestros: Mengozzi, Crescentini, de Garaudé, García padre e hijo, Duprez, Rossini, Cinti-Damoreau, Concone, Lablache, Romagnesi, Panseron, Panofka, Fétis.
Dentro de sus trabajos escritos destacamos la traducción y revisión de Compendium de Leone Giraldoni (editado por Geslican, Montañas de papel – 2014), Sugerencias sobre canto de Manuel García (editado por Geslican, Montañas de papel – 2014) y la colección El estudio del canto de su propia autoría, destinada al estudio práctico de la voz según los ejercicios más célebres de los grandes maestros del pasado, (editado por Geslican, Montañas de papel – 2015).
Publica regularmente artículos originales en Reflections on Vocal Art y brinda conferencias con el objetivo de acercar el conocimiento a su alumnado y de difundir las grandes reflexiones y fundamentos del arte del canto en su desarrollo a través de la historia.
Dentro de sus compromisos futuros destaca su participación en el curso de musicología De Andalucía a la posteridad: los García y su música, dedicado al escudriño del legado pedagógico y musical de la familia García. Las conferencias están organizadas en el marco del XVIII Festival de Música Española de Cádiz en colaboración con la Universidad de Cádiz y serán dirigidas por Andrés Moreno Mengíbar.
OPINIONES DE COLEGAS Y MENTORES
Luca D’Annunzio es el raro encuentro de un pianista notablemente dotado, tan cómodo en la música de cámara como en el gran repertorio solista, y un erudito con un conocimiento asombroso de la escuela italiana del canto del siglo XIX. Es un profesor de canto con un oído infalible, método y exigentes estándares musicales. La suya es una escuela profundamente arraigada en la tradición del teatro y el drama italiano, con una sólida base técnica que se remonta a una época en la que una estética y una filosofía del sonido particulares, olvidadas en las instituciones modernas de enseñanza musical, significaban algo. Esta escuela permite que se escuche y se entienda a los cantantes hasta el fondo del teatro a lo largo de toda la extensión vocal con color y belleza, siendo el texto y el fraseo parte de un mismo entramado. Algunos de sus alumnos ya están llamando la atención y destacándose en España, y estoy seguro de que pronto algunos de ellos se convertirán en nombres reconocidos en el mundo de la ópera. En mis treinta o más años como cantante rara vez he conocido a alguien tan joven y capaz de impartir un conocimiento técnico y una guía en el repertorio tan sólidos con una seguridad que la mayoría de los profesionales tardarían muchos años en adquirir. No tengo ninguna duda de que se convertirá en una referencia a tener en cuenta.
Carlos Pérez Mansilla, Francia
Teatro del Capitolio de Toulouse
Siendo dueño de una gran sensibilidad y ductilidad a la hora de abordar el repertorio, Luca D'Annunzio logra ajustarse con holgura a cada estilo y a las intenciones del compositor. Pianista de altas capacidades técnicas y expresivas que sumadas a su voluntad de estudio y a una constante preocupación por la calidad de sonido, el color y la textura musical hacen de su trabajo en verdadero deleite.
Claudia Yepes, Colombia
Orquesta sinfónica y coro RadioTelevisión Española
En calidad de profesora de armonía y composición, siento gran placer en presentar a Luca D'Annunzio. Se trata de un estudiante muy poco frecuente debido a su altísimo nivel académico, reflejado no solo en su inmensa cultura musical sino también en el dominio de muchas otras artes. Sorprende por la fuerza de su intelecto y por la profundidad de los conocimientos que posee a modo de un experto.
El progreso impetuoso que Luca D'Annunzio manifiesta estudiando bajo mi dirección no solo se evidencia en la profundización de sus estudios pianísticos en el análisis y la mayor comprensión de las obras, sino también en el refinamiento y la madurez con la que ejecuta sus arreglos, instrumentaciones y trabajos de composición, develando su refinado gusto musical y sus altos estandartes estético musicales.
Su audacia, lucidez intelectual, gran capacidad de trabajo y adaptación, humildad y devoción por el estudio, le harán convertirse en un artista extraordinario que sin duda alguna aportará mucho a la cultura musical universal.
Yulia Kazharskaya, Rusia.
Licenciada de la facultad de Teoría e Historia de la música y la composición. Doctora en musicología en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú.
Como pianista profesional, llevo 23 años trabajando en España en estrecho contacto con el mundo del canto. Conocí a Luca D’Annunzio poco después de su llegada a Madrid y puedo afirmar sin lugar a dudas que es un músico excepcional. Soy testigo del profundo impacto que sus enseñanzas tienen en sus alumnos, y desde el comienzo de nuestra relación han sido evidentes sus cualidades innatas: su vocación como pedagogo, su pasión por el arte, su disciplina, su generosidad, su sensibilidad. Consciente de que los talentos naturales no son suficientes para convertirse en un gran artista, ha puesto un gran esfuerzo en perfeccionarse desde muy joven, con una energía y capacidad de trabajo inusuales. Su arduo trabajo, unido a sus maravillosos dones, lo convierten en un verdadero y raro heredero de la gran tradición vocal italiana, así como en un consumado pianista.
Dr. Alexandre Alcantara, Brasil.
Repertorista de cantantes
El joven Luca D'Annunzio posee un agudo sentido de la expresión, una fuerte pasión por el arte y una dedicación incondicional para el estudio. Estas son, en mi opinión, algunas de las virtudes que lo caracterizan como músico.
Antonio De Raco, Argentina
Concertista y pedagogo
Músico de excepcional talento, sólida formación musical y excelentes aptitudes interpretativas. Debido a la seriedad de su labor se lo ha distinguido con la obtención de una beca con el fin de impulsar el desarrollo de su inminente carrera internacional mediante la realización de perfeccionamientos en el extranjero.
Mónica Cosachov, Argentina
Directora del Fondo Nacional de las Artes
Recomiendo ampliamente al pianista ítalo-argentino Luca D'Annunzio, músico de sólida formación, gran talento y alto nivel profesional, quien se distingue por su madurez interpretativa, cultura de estilos y posee una interesante personalidad artística y profundo pensamiento musical. […] Espero lo mejor de este artista, poseedor de una gran capacidad de trabajo y fuerte voluntad interpretativa y confío en que logrará alcanzar niveles artísticos aún más altos, pues creo cuenta con las cualidades necesarias para ello.
Ofelia Montalván, Cuba
Master of Fine Arts del Conservatorio
He actuado junto a Don Luca D'Annunzio en los conciertos del ciclo de música de cámara de la Orquesta Sinfónica y coro de Radio Televisión Española, retransmitidos en directo desde el Teatro Monumental de Madrid.
El Señor D'Annunzio ha demostrado ser un excelente pianista, con una técnica cuidada y limpia, dotado de una sensibilidad única que confiere grandes dosis de autenticidad y belleza a cada una de sus interpretaciones. Colaborar con él ha sido una lección de musicalidad y buen hacer en cada uno de los ensayos y los conciertos, por tanto es de mi más absoluta confianza y lo recomiendo encarecidamente.
Mónica Raga, España
Flauta solista de la Orquesta sinfónica. RadioTelevisión Española
Este joven maestro sostiene una escuela de gran valor para los tiempos que vive la lírica en la actualidad, siendo un erudito en lo que se refiere a las enseñanzas de la escuela italiana. Debido a la seriedad de su trabajo y a su dedicación incondicional, se lo ha distinguido con una beca correspondiente al “Concurso de Becas Nacionales de Investigación” del Fondo Nacional de las Artes (Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación Argentina) a fin de hacer posible la difusión de sus trabajos a través de charlas, conferencias, seminarios, clases magistrales y la publicación de textos de su autoría.
Fondo Nacional de las Artes, Argentina
Quiero hacer constar los excelentes conocimientos acerca de la voz de D. Luca D’Annunzio y su gran pedagogía a la hora de preparar cantantes. Este año 2019, he tenido el inmenso placer de realizar varios recitales con diversos alumnos suyos y he de decir que me sorprendió, inmensamente, la calidad de las voces que el Sr. D’Annunzio había preparado. Como pianista repertorista ha sido un descubrimiento conocer a alguien tan profesional y excelente pedagogo como el Sr. D’Annunzio.
Óscar Lobete, España.
Repertorista de cantantes
Luca D’Annunzio es el raro encuentro de un pianista notablemente dotado, tan cómodo en la música de cámara como en el gran repertorio solista, y un erudito con un conocimiento asombroso de la escuela italiana del canto del siglo XIX. Es un profesor de canto con un oído infalible, método y exigentes estándares musicales. La suya es una escuela profundamente arraigada en la tradición del teatro y el drama italiano, con una sólida base técnica que se remonta a una época en la que una estética y una filosofía del sonido particulares, olvidadas en las instituciones modernas de enseñanza musical, significaban algo. Esta escuela permite que se escuche y se entienda a los cantantes hasta el fondo del teatro a lo largo de toda la extensión vocal con color y belleza, siendo el texto y el fraseo parte de un mismo entramado. Algunos de sus alumnos ya están llamando la atención y destacándose en España, y estoy seguro de que pronto algunos de ellos se convertirán en nombres reconocidos en el mundo de la ópera. En mis treinta o más años como cantante rara vez he conocido a alguien tan joven y capaz de impartir un conocimiento técnico y una guía en el repertorio tan sólidos con una seguridad que la mayoría de los profesionales tardarían muchos años en adquirir. No tengo ninguna duda de que se convertirá en una referencia a tener en cuenta.
Carlos Pérez Mansilla, Francia
Teatro del Capitolio de Toulouse
Siendo dueño de una gran sensibilidad y ductilidad a la hora de abordar el repertorio, Luca D'Annunzio logra ajustarse con holgura a cada estilo y a las intenciones del compositor. Pianista de altas capacidades técnicas y expresivas que sumadas a su voluntad de estudio y a una constante preocupación por la calidad de sonido, el color y la textura musical hacen de su trabajo en verdadero deleite.
Claudia Yepes, Colombia
Orquesta sinfónica y coro RadioTelevisión Española
En calidad de profesora de armonía y composición, siento gran placer en presentar a Luca D'Annunzio. Se trata de un estudiante muy poco frecuente debido a su altísimo nivel académico, reflejado no solo en su inmensa cultura musical sino también en el dominio de muchas otras artes. Sorprende por la fuerza de su intelecto y por la profundidad de los conocimientos que posee a modo de un experto.
El progreso impetuoso que Luca D'Annunzio manifiesta estudiando bajo mi dirección no solo se evidencia en la profundización de sus estudios pianísticos en el análisis y la mayor comprensión de las obras, sino también en el refinamiento y la madurez con la que ejecuta sus arreglos, instrumentaciones y trabajos de composición, develando su refinado gusto musical y sus altos estandartes estético musicales.
Su audacia, lucidez intelectual, gran capacidad de trabajo y adaptación, humildad y devoción por el estudio, le harán convertirse en un artista extraordinario que sin duda alguna aportará mucho a la cultura musical universal.
Yulia Kazharskaya, Rusia.
Licenciada de la facultad de Teoría e Historia de la música y la composición.
Doctora en musicología en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú.
Como pianista profesional, llevo 23 años trabajando en España en estrecho contacto con el mundo del canto. Conocí a Luca D’Annunzio poco después de su llegada a Madrid y puedo afirmar sin lugar a dudas que es un músico excepcional. Soy testigo del profundo impacto que sus enseñanzas tienen en sus alumnos, y desde el comienzo de nuestra relación han sido evidentes sus cualidades innatas: su vocación como pedagogo, su pasión por el arte, su disciplina, su generosidad, su sensibilidad. Consciente de que los talentos naturales no son suficientes para convertirse en un gran artista, ha puesto un gran esfuerzo en perfeccionarse desde muy joven, con una energía y capacidad de trabajo inusuales. Su arduo trabajo, unido a sus maravillosos dones, lo convierten en un verdadero y raro heredero de la gran tradición vocal italiana, así como en un consumado pianista.
Dr. Alexandre Alcantara, Brasil.
Repertorista de cantantes
El joven Luca D'Annunzio posee un agudo sentido de la expresión, una fuerte pasión por el arte y una dedicación incondicional para el estudio. Estas son, en mi opinión, algunas de las virtudes que lo caracterizan como músico.
Antonio De Raco, Argentina
Concertista y pedagogo
Músico de excepcional talento, sólida formación musical y excelentes aptitudes interpretativas. Debido a la seriedad de su labor se lo ha distinguido con la obtención de una beca con el fin de impulsar el desarrollo de su inminente carrera internacional mediante la realización de perfeccionamientos en el extranjero.
Mónica Cosachov, Argentina
Directora del Fondo Nacional de las Artes
Recomiendo ampliamente al pianista ítalo-argentino Luca D'Annunzio, músico de sólida formación, gran talento y alto nivel profesional, quien se distingue por su madurez interpretativa, cultura de estilos y posee una interesante personalidad artística y profundo pensamiento musical. […] Espero lo mejor de este artista, poseedor de una gran capacidad de trabajo y fuerte voluntad interpretativa y confío en que logrará alcanzar niveles artísticos aún más altos, pues creo cuenta con las cualidades necesarias para ello.
Ofelia Montalván, Cuba
Master of Fine Arts del Conservatorio Tchaikowsky de Moscú.
He actuado junto a Don Luca D'Annunzio en los conciertos del ciclo de música de cámara de la Orquesta Sinfónica y coro de Radio Televisión Española, retransmitidos en directo desde el Teatro Monumental de Madrid.
El Señor D'Annunzio ha demostrado ser un excelente pianista, con una técnica cuidada y limpia, dotado de una sensibilidad única que confiere grandes dosis de autenticidad y belleza a cada una de sus interpretaciones. Colaborar con él ha sido una lección de musicalidad y buen hacer en cada uno de los ensayos y los conciertos, por tanto es de mi más absoluta confianza y lo recomiendo encarecidamente.
Mónica Raga, España
Flauta solista de la Orquesta sinfónica. RadioTelevisión Española
Este joven maestro sostiene una escuela de gran valor para los tiempos que vive la lírica en la actualidad, siendo un erudito en lo que se refiere a las enseñanzas de la escuela italiana. Debido a la seriedad de su trabajo y a su dedicación incondicional, se lo ha distinguido con una beca correspondiente al “Concurso de Becas Nacionales de Investigación” del Fondo Nacional de las Artes (Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación Argentina) a fin de hacer posible la difusión de sus trabajos a través de charlas, conferencias, seminarios, clases magistrales y la publicación de textos de su autoría.
Fondo Nacional de las Artes, Argentina
Quiero hacer constar los excelentes conocimientos acerca de la voz de D. Luca D’Annunzio y su gran pedagogía a la hora de preparar cantantes. Este año 2019, he tenido el inmenso placer de realizar varios recitales con diversos alumnos suyos y he de decir que me sorprendió, inmensamente, la calidad de las voces que el Sr. D’Annunzio había preparado. Como pianista repertorista ha sido un descubrimiento conocer a alguien tan profesional y excelente pedagogo como el Sr. D’Annunzio.
Óscar Lobete, España.
Repertorista de cantantes
OPINIONES DE ALUMNOS
Siempre me he preguntado por qué el método de enseñanza del canto estaba tan alejado de los métodos que se emplean con los instrumentistas. A ningún maestro de violín se le ocurriría dar a un alumno algunas nociones básicas sobre el instrumento y acto seguido darle para estudiar el Capriccio número 24 de Nicolò Paganini. Antes de llegar al abordaje del repertorio cúlmine de su instrumento, ese alumno tiene muchos años por delante de entrenamiento para poder ejecutar correctamente los miles de ejercicios de escalas, arpegios, golpes de arco y articulaciones varias, etc. Repetir, repetir y repetir hasta conseguir una afinación justa y un sonido de la mayor calidad posible. Estos son requisitos indispensables que forman parte del entrenamiento de un músico, no sólo en sus comienzos sino a lo largo de toda su carrera.
Esto ha sido así, y así es, desde los comienzos del arte musical, pues ¿en qué arte se rechaza u olvida la escuela que se ha ido trasmitiendo tradicionalmente de maestros a alumnos desde su antigüedad? Dudo mucho de que Picasso hubiese podido desarrollar todo su potencial como artista pictórico sin haber empleado años de dedicación aprendiendo a pintar como lo hacían Velázquez o Caravaggio. Desarrollar por completo todos los recursos técnicos que existen en una disciplina artística es la clave para que un artista pueda alcanzar su grado máximo de potencial y, por consiguiente, pueda emplearlo en su ejecución.
De esto se trata el trabajo que realiza el maestro Luca D’Annunzio: una auténtica labor de luthería en la que se empieza construyendo desde la base, lo fundamental para cualquier músico, que es la educación del oído como herramienta de búsqueda de una emisión del sonido correcta; y es a partir de esta base que se va desarrollando el resto de recursos técnicos necesarios para la ejecución fidedigna de lo que los maestros compositores nos han legado en sus partituras desde hace siglos. Trabajando de esta forma, Luca D’Annunzio consigue proporcionar a sus alumnos un desarrollo pleno de las capacidades de su instrumento, adquirir una independencia técnica y estética y entender el verdadero significado de lo que es ser un cantante al servicio del arte.
Inés Ballesteros, soprano española.
Hablar del maestro D’Annunzio es hacer referencia a un puro y profundo trabajo de lutería vocal, disciplina, entrega y, por sobre todo, finísimo cultivo de la voz según los lineamientos y exigencias estéticas que el Arte del canto impone. Todos estos son elementos indispensables que permiten alcanzar el principal objetivo de todo artista: la belleza.
Mariana Ortiz, soprano venezolana.
Luca D’Annunzio es uno de los, por desgracia, escasos herederos de la técnica vocal del Romanticismo Italiano. Capaz no sólo de hacer un certero diagnóstico de las voces que escucha, dispone también de los recursos necesarios para hacer que brillen en su máximo esplendor, respetando su naturaleza y, lo más importante, conservando la salud vocal, tan necesaria e infrecuente en la actualidad.
Pilar Vázquez, mezzosoprano española
Ha transcurrido poco menos de un mes del día en el que he iniciado mis estudios de canto bajo la dirección del Maestro D’Annunzio, y a pesar del escaso tiempo que llevo recibiendo sus instrucciones puedo testificar vehementemente sobre la eficacia de su metodología. Eficacia que me ha resuelto a confiarle el presente y el futuro de mi voz.
Luca D’Annunzio es un pedagogo honesto, de audición culta y amplio conocimiento sobre la tradición vocal italiana. En sus clases se respira un constante respeto y amor por el arte en su forma más pura.
Juan Villanueva, tenor colombiano.
Debemos saber de dónde venimos para poder saber hacia dónde vamos…
Esta sería la frase con la que definiría la gran importancia que tiene el trabajo que desempeña el maestro Luca D’Annunzio. Desde el momento en que le conocí, supe que estaba ante una persona que no solo posee una vasta cultura musical, sino que, además, su conocimiento sobre la técnica del canto va más allá de lo que normalmente
encontramos entre los cantantes y docentes. El saber que posee sobre la tradición de la escuela de canto italiana, de la que cantos grandes cantantes del pasado se sirvieron, es abrumadora y, sobre todo, real a la hora de ponerla en práctica, pues su oído está entrenado de tal forma que sabe perfectamente qué sonidos son los correctos y cuáles no, llegando a ser un hecho que su aspiración máxima como pedagogo -y, por tanto, también la de sus alumnos-, es la belleza y pureza del sonido.
Llegué a las manos de Luca D’Annunzio en un momento en el que mi instrumento vocal estaba severamente dañado.
Hacía varios años que cantaba y siempre surgían problemas vocales que no conseguía resolver de forma adecuada. Desde el primer día, me transmitió una seguridad en su trabajo que se mantiene hasta el día de hoy. Ya desde ese primer instante se mostró ante mí la verdadera figura del maestro de canto.
Desde el inicio, el camino está claramente trazado. Mientras que con otros instrumentos el estudio está dividido en secciones que debemos manejar perfectamente antes de acceder al repertorio propiamente dicho, en el canto se suele abordar la técnica de una forma desorganizada, lanzándose al estudio del repertorio desde el inicio, sin tener una
base clara y todas las herramientas vocales de que debemos disponer para una ejecución musical óptima.
Es mi deseo, además, destacar su gran calidad humana. No solo me ha proporcionado el conocimiento necesario para dominar mi instrumento vocal, sino que, además, me ha acompañado desde el primer momento en este arduo camino que supone el mundo del artista. Nunca se ha rendido y siempre he podido contar con su apoyo, cariño y comprensión, algo por lo que estaré eternamente agradecida.
Gracias, Luca D’Annunzio, por tu trabajo y por tu entrega. Me siento muy orgullosa de poder llamarte mi maestro.
Carmen Mateo, soprano española.
He sido cantante profesional durante 25 años y hace 4 años empecé a trabajar con el maestro Luca D’Annunzio. Mi experiencia con él hizo que mi técnica vocal se abriera a nuevas dimensiones de lo que puede ser el arte del canto y pude entrar en un mundo casi desconocido, aprehendiendo conceptos que ni siquiera sabía que existían. Todo este bagaje que pone a nuestro servicio lo convierte, por su formación única, en uno de los maestros más completos en el panorama de la ópera actual: es un gran pedagogo, un gran músico, un gran ser humano, pero sobre todo es tan humilde como grande.
Agradezco profundamente a mi querido maestro Luca D’Annunzio por estos nuevos mundos que me abre día a día a través de sus lecciones y espero que la semilla que está dejando en las nuevas generaciones sea el comienzo del retorno a los orígenes del verdadero arte del canto.
Solange Aroca, soprano colombiana.
Cuando eliges la música como medio de expresión, descubres una elevada forma de comunicar a través del sonido. Lograr dominar este medio requiere de un cultivo y un refinamiento auditivo muy minucioso que propicie el correcto desarrollo muscular en pos del ideal sonoro.
Hasta ahora había experimentado la construcción de mi voz en función de apreciaciones abstractas e imágenes de poca relevancia y carentes de validez; intentando edificar sin ningún tipo de cimientos. Para hacerle frente a las grandes exigencias que impone el arte del canto, hoy en día se ofrecen conceptos tergiversados y se evidencia un desconocimiento absoluto de las leyes que gobiernan este complejo instrumento, lo que determina nuestro alejamiento de los cánones estéticos que los grandes compositores de la antigüedad nos exigen en sus melodramas.
Tras muchos años de inestabilidad en los que no conseguía tener una relación de confianza plena con mi instrumento, descubrí, de la mano de Luca D’Annunzio, la escuela romántica italiana. Se trata de un método basado en el entrenamiento muscular y auditivo que permite el desarrollo completo de la voz teatral. Para llegar a la maestría se necesita descubrir y controlar las verdaderas capacidades de la propia vocalidad, algo que se forja desde la honestidad y el respeto a su naturaleza, a través del necesario artificio que permita desarrollar todo su potencial en belleza.
Los procesos creativos son caminos duros que suelen banalizarse al buscar un resultado inmediato y sin esfuerzo. Pero, seamos realistas, ¿qué camino elevado, sublime y profesional en el arte no requiere del máximo esfuerzo para que finalmente parezca fácil y natural?
Gracias, maestro, porque para quien quiere desarrollarse plenamente en el arte del canto tú eres la luz en una maraña de confusión. La educación que ofreces es completa, no solo a nivel musical sino humano, enriqueciendo y formando al artista por entero.
María Alonso, soprano española.
Donde otros ven inconvenientes, Luca D’Annunzio ve grandes potenciales, materias primas de calidad a menudo desaprovechadas a las que pule y da la forma más adecuada sin alterar la propia naturaleza de cada instrumento. Joyas únicas y a medida, conforme a los valores de la escuela italiana romántica de cuya fuente bebe su conocimiento.
Mi experiencia como alumno suyo no puede calificarse por menos que reveladora, en la cual la palabra maestro adopta nuevos significados y apasionantes dimensiones. Sería tal vez más adecuado el uso de la palabra antimaestro, ya que en una realidad en la que la técnica del canto se encuentra totalmente desdibujada y dispersa en microcosmos de métodos personales y sensaciones e imágenes subjetivas que conllevan la fragmentación fisiológica del instrumento, Luca D’Annunzio apuesta por el desarrollo de la audición como la más eficaz herramienta, resultando la correcta construcción del instrumento una mera consecuencia de la búsqueda de la perfección estética.
Luca D’Annunzio vuelve legibles los conceptos señalados una y otra vez en los más importantes tratados de la historia del canto, dotándoles de sentido completo, reavivando sus premisas y reconstruyendo su filosofía y modo de vida, trascendiendo del mero plano vocal para transformar todos los ámbitos de nuestra existencia.
Ángel Álvarez, tenor español.
La palabra alumno nos conduce al verbo latino alere, que significa alimentar, sostener, nutrir, hacer crecer. Todo estudiante que atesora el deseo de convertirse en un artista del canto ansía encontrar una persona que lo guíe en su camino, que lo nutra y lo ayude a desplegarse en todo su potencial. Luca D’Annunzio reúne un conjunto de características fuera de serie en el actual panorama de la enseñanza y el aprendizaje del canto que hacen que gane justamente y con holgura su título de maestro. Ante todo, su insuperable conocimiento de los mecanismos de educación de la voz le permite encauzar a los cantantes en un camino de riguroso cuidado, desarrollo y crecimiento en la técnica vocal.
Desde la primera clase se reveló ante mí un mundo de aspectos que nunca habían sido tan claros y consistentes; me encontré frente a un docente capaz de hacer música de forma admirable y que le daba una importancia primordial a aspectos que la mayoría desdeña: la educación en el arte dramático, en la dramaturgia, en la higiene vocal y, aún más sorprendente para mí, en la historia del canto, en la evolución y los fundamentos de la escuela que produjo a tantos grandes artistas. Dos cosas de distinto orden se convirtieron en ejes fundamentales de mi formación a partir de entonces: los referentes estéticos que descubrió para mí en los cantantes de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras décadas del XX y el máximo respeto por el orden de los estudios y, por tanto, de cada proceso vocal, único y personal.
Por primera vez, tras años persiguiendo estudios inciertos, la técnica vocal no dependía de la búsqueda de “sensaciones” ni mucho menos “imágenes” u otras ilusiones confusas. La guía es el propio sonido, cuya información aprendo progresivamente a identificar y que mi maestro domina plenamente. Al educar de forma inextricable mis músculos y mi sensibilidad auditiva me siento confiada y segura, no persigo algo interno y en extremo subjetivo sino la manifestación sonora, informativa, de los mecanismos invisibles de la voz. En todos mis compañeros observo la consolidación gradual de un sonido único. De esta cristalización del sonido personal depende la posibilidad de construir no sólo la propia personalidad vocal —una voz reconocible entre las demás— sino, fundamentalmente, el eje de la personalidad artística.
En este camino, en contacto con la realidad del sonido vocal pleno, me encuentro profundamente agradecida de recibir de mi maestro las herramientas que me permiten acercarme a la comprensión de los testimonios del pasado, puestos en palabras y principalmente en música. El estado actual de hiperespecialización y de alejamiento de las fuentes, que afecta con particular crueldad al arte del canto, hacen doblemente estimable su investigación teórica, que abarca la revisión y traducción de tratados y métodos de canto publicados a lo largo de cinco siglos de nuestra historia, y su afán inagotable de conocimiento que lo conduce, y a nosotros junto a él, en un camino interminable de superación.
Llegué al Maestro D’Annunzio con la intención de formarme como cantante. Junto a él he emprendido un camino de conocimiento de mí misma. Aprendo que el arte del canto exige al artista cantante que ofrende su vida entera. Que la paciente construcción de nuestro instrumento, que solo es posible a partir del cuidado y el respeto por un sinnúmero de cuestiones, la mayoría extremadamente sutiles, nos construye a nosotros mismos como personas en el arte y nos brinda la posibilidad de ser, junto a la naturaleza, dueños de nuestra voz. Ha crecido en mí la convicción de que es posible devolverle a la voz el lugar de importancia que dio a luz tantas obras magistrales —sostengo esta convicción en las pruebas indubitables de nuestro sonido, que no son más que el puente entre los frutos inmarcesibles del pasado y las posibilidades vivas del presente.
Belén Baptista, soprano uruguaya.
En muchas facetas del arte vivimos tiempos de degradación, de pérdida de conocimientos valiosos, incluso de animadversión a lo antiguo. El arte del canto no es una excepción. Los grandes cantantes del pasado, con carreras que se prolongaban durante décadas manteniendo sus voces intactas, parecen haber desaparecido.
Dentro de esta imperancia de lo efímero, de este oscurantismo en los conocimientos de la técnica vocal, Luca D’Annunzio es el último gran maestro que reivindica la tradición, una potente luz basada en el conocimiento adquirido a lo largo de siglos de experiencia, que ya se demostró efectivo habida cuenta de las múltiples grabaciones de los cantantes del pasado que aún hoy podemos apreciar.
Con un sentido inequívoco de lo bello, vislumbra las voces en potencia, siendo capaz de sacar de ellas su máxima plenitud técnica y estética. Bajo sus enseñanzas nada es azaroso, las explicaciones son precisas, un mundo etéreo de puntos abstractos de colocación de la voz no tiene cabida. Cada registro, con cada nota, con cada vocal, tienen su correcta y precisa emisión, que busca siempre la naturalidad, sin sobreesfuerzos ni efectos perversos. Dentro de su extenso alumnado cada voz es única, teniendo como punto común la búsqueda del sonido bello. La extensa sapiencia del maestro se aplica para conseguir lo sublime, pues el objetivo último no es sólo formar a personas capaces de cantar, es crear artistas.
Miguel Ángel Ortega, tenor español.
Desde pequeña amo cantar y aunque he cantado en coros por muchos años y he tomado clases con diferentes profesores de canto, nunca me había planteado dedicarme al canto solista. Hasta que un día, casi por casualidad, tomé mi primera clase con Luca D’Annunzio y salí de allí con la convicción de haber encontrado algo que siempre estuve buscando sin saberlo, algo extraordinario. Han pasado ya algunos años desde ese día y aún conservo la misma sensación a la salida de cada clase: la sensación de alegría, libertad y seguridad absoluta.
Luca es un pedagogo con cualidades fuera de lo común: un oído magnifico, conoce a la perfección el funcionamiento del instrumento vocal, es un excelente músico y pianista y tiene una sólida formación enraizada en los preceptos de una verdadera Escuela de canto. Pero además, es sincero, respetuoso de los procesos personales, generoso, humilde y dedicado por completo a sus alumnos y a la búsqueda de un ideal de artista. Es un verdadero Maestro.
El proceso de desarrollo vocal no admite cobardía ni pereza, es duro, sacrificado e intimidante, pero también es inmensamente gratificante y revelador si se tiene una mano firme de la que asirse. Para mí, en este proceso él es un pilar inamovible, un guía incansable que me brinda confianza y contención. El paso del tiempo no ha hecho mas que afianzar mi respeto y admiración por él, y confirmar la frase que tantas veces le escuché decir: hay resultados para quien es paciente y constante.
Sé con certeza que no existe para mí un maestro que no sea Luca D’Annunzio y que todo lo que he aprendido de su mano me ha modificado profundamente como persona y me ha enseñado a amar y a respetar el canto. Me siento orgullosa de ser su alumna y en eterna deuda por alentarme a recorrer el camino del desarrollo consciente y profundo, en el que todos los días me descubro y defino mi vocación.
Angélica Pardo, soprano argentina.
Llegué a Luca D’Annunzio por casualidad, en la estéril búsqueda de una guía para el canto. Empecé a tomar clases con él, e inmediatamente me llamó la atención su dedicación y profesionalidad al impartir de forma efectiva sus conocimientos en cada clase. Fue allí cuando supe que me encontraba bajo la guía de un verdadero Maestro.
El descubrir la escuela que él representa ha sido un proceso paulatino, como quien contempla la salida del sol. Porque es profunda, se basa en la experiencia y en los tiempos personales y porque te enseña a aprender, te forma como alumno y como persona. En esta escuela por primera vez todo cobró sentido para mí: la música es sonido y aprendemos directamente de él, para comprenderlo hay que crecer estética y personalmente para estar receptivo a lo que el sonido nos enseña. Este camino, que parece cíclico, se lo comprende transitándolo, con cada paso vamos conociendo nuestro instrumento, el arte musical y su estética; comprendemos la importancia de la perseverancia y la paciencia, y de la superación de nuestras barreras.
El compromiso íntimo de Luca D’Annunzio con el arte vocal, así como su labor incansable, sabiduría, paciencia y generosidad para con sus alumnos, hace posible que esta escuela de cualidades geniales sea una realidad. El Maestro Luca D’Annunzio es la escuela que representa el arte del canto. Para alguien como yo, que está interesado en recorrer el sendero de la música y el canto, haber conocido al Maestro Luca D’Annunzio ha sido y es una bendición.
Alex Persoglia, tenor argentino.
Luca D’Annunzio es un pedagogo responsable y comprometido. Posee un profundo y refinado conocimiento del arte vocal anclado en la tradición de la escuela italiana. Clase a clase se puede apreciar la maestría con la que resuelve las diferentes dificultades que se presentan en todos los que estudiamos bajo su dirección, logrando el firme desarrollo de los medios vocales y artísticos de cada uno de sus discípulos. Dicha labor, sumada a su integridad, respeto, competencia profesional y humanidad, engrandece la figura de Luca D’Annunzio como maestro de canto y hace de él un formador poco frecuente en la actualidad.
Claudia García Briceño, soprano venezolana.
Una buena voz no es suficiente para aprender el arte de cantar. Es preciso contar con la guía de un pedagogo que, mediante severa formación, permita el desarrollo y la liberación de todas las facultades del cantante.
Tras muchos años de búsqueda, llego a las manos de Luca D’Annunzio, maestro de canto en el sentido más puro y tradicional de la palabra. Conocedor de los verdaderos secretos del arte de cantar, poseedor de un oído culto, capaz de percibir las verdaderas cualidades de sus estudiantes, que logra desarrollar mediante el ajuste y moldeado de los timbres de la voz teniendo siempre como meta la belleza del sonido, condición fundamental para la interpretación de los estilos antiguos.
Vehemencia, sensibilidad exquisita, paciencia del que sabe lo que hace, firmeza de propósito, disciplina extrema y una cultura amplísima que le permite abrazar el estudio del arte del canto en su totalidad son algunas de las características que lo definen y lo hacen merecedor del respeto y amor de todos los que nos instruimos bajo su dirección.
Ryan Borges, barítono brasileño.
En el tiempo que llevo formándome en el arte del canto, no dejo de sorprenderme por la falta de seriedad y de conocimientos profundos con los que se pretende educar a los jóvenes cantantes. Desconocimiento que redunda en fracasos, desilusiones y un futuro profesional incierto ya que todo dependerá de las facultades naturales con las que cada joven haya sido dotado y del factor “suerte” que uno pueda tener al intentar hacer la carrera.
Este tipo de “formación” improvisada y charlatanezca, mucho se aleja de los verdaderos requisitos del arte vocal, que exige de maestros con un refinado y exacto conocimiento de las leyes que se accionan en el estudio de la voz y del arte al cual se presta servicio: el melodrama.
En la búsqueda de mi progreso escuché un centenar de opiniones sobre mi vocalidad y probé una importante cantidad de “formas” de estudiar el canto pero todas eran carentes de solidez y de resultados. Tuvo que pasar un tiempo para que, por consejo de una colega, llegue a las manos del maestro Luca D’Annunzio.
Se trata de un pedagogo que se afirma fuertemente en la tradición y en la aplicación de un método certero, firme y verdadero que responde a las exigencias estéticas de los grandes clásicos del arte vocal.
Escribo estas palabras en gratitud a sus enseñanzas las cuales me permitirán, en un futuro cercano, reclamar mi lugar entre los escogidos del arte.
Tiziana Vaccari Tornatore, soprano italo-argentina.
Fue el maestro Stefano Landi, compositor de La morte d’Orfeo, quien en el siglo XVII habló por primera vez de “artificio técnico”. Las crecientes exigencias de las obras primigenias del estilo recitar cantando, sometía a los vocalistas al curso de rigurosos y prolongados estudios de emisión del sonido ya que no era suficiente contar con un dote vocal de calidad. Así operaron los demás estilos vocales a lo largo de la historia requiriendo de los cantantes una vocalidad cada vez más refinada, virtuosa y expresiva capaz de adaptarse a los requerimientos estéticos de cada época y de cada compositor.
¿Qué pasó con esa tradición y con la metodología de aquellos tiempos? Hoy en día muchos alumnos de las escuelas y conservatorios oficiales finalizan su formación académica, entendida como la superación de una suma de asignaturas regladas, sin haber recibido ninguna educación firme sobre las cual hacer frente a la carrera profesional, lo cual redunda en fatiga, problemas técnicos de toda clase, elección de repertorio inadecuado, etc.
Luca D’Annunzio es un maestro de canto que hace honor a la vieja escuela italiana. Es un pedagogo que educa la voz de sus discípulos con la finalidad de desvelar su verdadera identidad canora, sin artificios de ningún tipo. Es una ardua tarea que exige disciplina y mucha paciencia pero que se declara inevitable para todo aquel que quiera dominar sus propios medios a nivel muscular y auditivo, condición sine qua non para ser un artista completo.
El maestro D’Annunzio en un verdadero entendedor del sonido en todas manifestaciones fónicas lo que le permite llevar la voz de cada estudiante al máximo de sus posibilidades en cuanto a belleza se refiere.
Laura Bazzi, soprano italiana.
Siempre me he preguntado por qué el método de enseñanza del canto estaba tan alejado de los métodos que se emplean con los instrumentistas. A ningún maestro de violín se le ocurriría dar a un alumno algunas nociones básicas sobre el instrumento y acto seguido darle para estudiar el Capriccio número 24 de Nicolò Paganini. Antes de llegar al abordaje del repertorio cúlmine de su instrumento, ese alumno tiene muchos años por delante de entrenamiento para poder ejecutar correctamente los miles de ejercicios de escalas, arpegios, golpes de arco y articulaciones varias, etc. Repetir, repetir y repetir hasta conseguir una afinación justa y un sonido de la mayor calidad posible. Estos son requisitos indispensables que forman parte del entrenamiento de un músico, no sólo en sus comienzos sino a lo largo de toda su carrera.
Esto ha sido así, y así es, desde los comienzos del arte musical, pues ¿en qué arte se rechaza u olvida la escuela que se ha ido trasmitiendo tradicionalmente de maestros a alumnos desde su antigüedad? Dudo mucho de que Picasso hubiese podido desarrollar todo su potencial como artista pictórico sin haber empleado años de dedicación aprendiendo a pintar como lo hacían Velázquez o Caravaggio. Desarrollar por completo todos los recursos técnicos que existen en una disciplina artística es la clave para que un artista pueda alcanzar su grado máximo de potencial y, por consiguiente, pueda emplearlo en su ejecución.
De esto se trata el trabajo que realiza el maestro Luca D’Annunzio: una auténtica labor de luthería en la que se empieza construyendo desde la base, lo fundamental para cualquier músico, que es la educación del oído como herramienta de búsqueda de una emisión del sonido correcta; y es a partir de esta base que se va desarrollando el resto de recursos técnicos necesarios para la ejecución fidedigna de lo que los maestros compositores nos han legado en sus partituras desde hace siglos. Trabajando de esta forma, Luca D’Annunzio consigue proporcionar a sus alumnos un desarrollo pleno de las capacidades de su instrumento, adquirir una independencia técnica y estética y entender el verdadero significado de lo que es ser un cantante al servicio del arte.
Inés Ballesteros, soprano española.
Hablar del maestro D’Annunzio es hacer referencia a un puro y profundo trabajo de lutería vocal, disciplina, entrega y, por sobre todo, finísimo cultivo de la voz según los lineamientos y exigencias estéticas que el Arte del canto impone. Todos estos son elementos indispensables que permiten alcanzar el principal objetivo de todo artista: la belleza.
Mariana Ortiz, soprano venezolana.
Luca D’Annunzio es uno de los, por desgracia, escasos herederos de la técnica vocal del Romanticismo Italiano. Capaz no sólo de hacer un certero diagnóstico de las voces que escucha, dispone también de los recursos necesarios para hacer que brillen en su máximo esplendor, respetando su naturaleza y, lo más importante, conservando la salud vocal, tan necesaria e infrecuente en la actualidad.
Pilar Vázquez, mezzosoprano española
Ha transcurrido poco menos de un mes del día en el que he iniciado mis estudios de canto bajo la dirección del Maestro D’Annunzio, y a pesar del escaso tiempo que llevo recibiendo sus instrucciones puedo testificar vehementemente sobre la eficacia de su metodología. Eficacia que me ha resuelto a confiarle el presente y el futuro de mi voz.
Luca D’Annunzio es un pedagogo honesto, de audición culta y amplio conocimiento sobre la tradición vocal italiana. En sus clases se respira un constante respeto y amor por el arte en su forma más pura.
Juan Villanueva, tenor colombiano.
Debemos saber de dónde venimos para poder saber hacia dónde vamos…
Esta sería la frase con la que definiría la gran importancia que tiene el trabajo que desempeña el maestro Luca D’Annunzio. Desde el momento en que le conocí, supe que estaba ante una persona que no solo posee una vasta cultura musical, sino que, además, su conocimiento sobre la técnica del canto va más allá de lo que normalmente
encontramos entre los cantantes y docentes. El saber que posee sobre la tradición de la escuela de canto italiana, de la que cantos grandes cantantes del pasado se sirvieron, es abrumadora y, sobre todo, real a la hora de ponerla en práctica, pues su oído está entrenado de tal forma que sabe perfectamente qué sonidos son los correctos y cuáles no, llegando a ser un hecho que su aspiración máxima como pedagogo -y, por tanto, también la de sus alumnos-, es la belleza y pureza del sonido.
Llegué a las manos de Luca D’Annunzio en un momento en el que mi instrumento vocal estaba severamente dañado.
Hacía varios años que cantaba y siempre surgían problemas vocales que no conseguía resolver de forma adecuada. Desde el primer día, me transmitió una seguridad en su trabajo que se mantiene hasta el día de hoy. Ya desde ese primer instante se mostró ante mí la verdadera figura del maestro de canto.
Desde el inicio, el camino está claramente trazado. Mientras que con otros instrumentos el estudio está dividido en secciones que debemos manejar perfectamente antes de acceder al repertorio propiamente dicho, en el canto se suele abordar la técnica de una forma desorganizada, lanzándose al estudio del repertorio desde el inicio, sin tener una
base clara y todas las herramientas vocales de que debemos disponer para una ejecución musical óptima.
Es mi deseo, además, destacar su gran calidad humana. No solo me ha proporcionado el conocimiento necesario para dominar mi instrumento vocal, sino que, además, me ha acompañado desde el primer momento en este arduo camino que supone el mundo del artista. Nunca se ha rendido y siempre he podido contar con su apoyo, cariño y comprensión, algo por lo que estaré eternamente agradecida.
Gracias, Luca D’Annunzio, por tu trabajo y por tu entrega. Me siento muy orgullosa de poder llamarte mi maestro.
Carmen Mateo, soprano española.
He sido cantante profesional durante 25 años y hace 4 años empecé a trabajar con el maestro Luca D’Annunzio. Mi experiencia con él hizo que mi técnica vocal se abriera a nuevas dimensiones de lo que puede ser el arte del canto y pude entrar en un mundo casi desconocido, aprehendiendo conceptos que ni siquiera sabía que existían. Todo este bagaje que pone a nuestro servicio lo convierte, por su formación única, en uno de los maestros más completos en el panorama de la ópera actual: es un gran pedagogo, un gran músico, un gran ser humano, pero sobre todo es tan humilde como grande.
Agradezco profundamente a mi querido maestro Luca D’Annunzio por estos nuevos mundos que me abre día a día a través de sus lecciones y espero que la semilla que está dejando en las nuevas generaciones sea el comienzo del retorno a los orígenes del verdadero arte del canto.
Solange Aroca, soprano colombiana.
Cuando eliges la música como medio de expresión, descubres una elevada forma de comunicar a través del sonido. Lograr dominar este medio requiere de un cultivo y un refinamiento auditivo muy minucioso que propicie el correcto desarrollo muscular en pos del ideal sonoro.
Hasta ahora había experimentado la construcción de mi voz en función de apreciaciones abstractas e imágenes de poca relevancia y carentes de validez; intentando edificar sin ningún tipo de cimientos. Para hacerle frente a las grandes exigencias que impone el arte del canto, hoy en día se ofrecen conceptos tergiversados y se evidencia un desconocimiento absoluto de las leyes que gobiernan este complejo instrumento, lo que determina nuestro alejamiento de los cánones estéticos que los grandes compositores de la antigüedad nos exigen en sus melodramas.
Tras muchos años de inestabilidad en los que no conseguía tener una relación de confianza plena con mi instrumento, descubrí, de la mano de Luca D’Annunzio, la escuela romántica italiana. Se trata de un método basado en el entrenamiento muscular y auditivo que permite el desarrollo completo de la voz teatral. Para llegar a la maestría se necesita descubrir y controlar las verdaderas capacidades de la propia vocalidad, algo que se forja desde la honestidad y el respeto a su naturaleza, a través del necesario artificio que permita desarrollar todo su potencial en belleza.
Los procesos creativos son caminos duros que suelen banalizarse al buscar un resultado inmediato y sin esfuerzo. Pero, seamos realistas, ¿qué camino elevado, sublime y profesional en el arte no requiere del máximo esfuerzo para que finalmente parezca fácil y natural?
Gracias, maestro, porque para quien quiere desarrollarse plenamente en el arte del canto tú eres la luz en una maraña de confusión. La educación que ofreces es completa, no solo a nivel musical sino humano, enriqueciendo y formando al artista por entero.
María Alonso, soprano española.
Donde otros ven inconvenientes, Luca D’Annunzio ve grandes potenciales, materias primas de calidad a menudo desaprovechadas a las que pule y da la forma más adecuada sin alterar la propia naturaleza de cada instrumento. Joyas únicas y a medida, conforme a los valores de la escuela italiana romántica de cuya fuente bebe su conocimiento.
Mi experiencia como alumno suyo no puede calificarse por menos que reveladora, en la cual la palabra maestro adopta nuevos significados y apasionantes dimensiones. Sería tal vez más adecuado el uso de la palabra antimaestro, ya que en una realidad en la que la técnica del canto se encuentra totalmente desdibujada y dispersa en microcosmos de métodos personales y sensaciones e imágenes subjetivas que conllevan la fragmentación fisiológica del instrumento, Luca D’Annunzio apuesta por el desarrollo de la audición como la más eficaz herramienta, resultando la correcta construcción del instrumento una mera consecuencia de la búsqueda de la perfección estética.
Luca D’Annunzio vuelve legibles los conceptos señalados una y otra vez en los más importantes tratados de la historia del canto, dotándoles de sentido completo, reavivando sus premisas y reconstruyendo su filosofía y modo de vida, trascendiendo del mero plano vocal para transformar todos los ámbitos de nuestra existencia.
Ángel Álvarez, tenor español.
La palabra alumno nos conduce al verbo latino alere, que significa alimentar, sostener, nutrir, hacer crecer. Todo estudiante que atesora el deseo de convertirse en un artista del canto ansía encontrar una persona que lo guíe en su camino, que lo nutra y lo ayude a desplegarse en todo su potencial. Luca D’Annunzio reúne un conjunto de características fuera de serie en el actual panorama de la enseñanza y el aprendizaje del canto que hacen que gane justamente y con holgura su título de maestro. Ante todo, su insuperable conocimiento de los mecanismos de educación de la voz le permite encauzar a los cantantes en un camino de riguroso cuidado, desarrollo y crecimiento en la técnica vocal.
Desde la primera clase se reveló ante mí un mundo de aspectos que nunca habían sido tan claros y consistentes; me encontré frente a un docente capaz de hacer música de forma admirable y que le daba una importancia primordial a aspectos que la mayoría desdeña: la educación en el arte dramático, en la dramaturgia, en la higiene vocal y, aún más sorprendente para mí, en la historia del canto, en la evolución y los fundamentos de la escuela que produjo a tantos grandes artistas. Dos cosas de distinto orden se convirtieron en ejes fundamentales de mi formación a partir de entonces: los referentes estéticos que descubrió para mí en los cantantes de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras décadas del XX y el máximo respeto por el orden de los estudios y, por tanto, de cada proceso vocal, único y personal.
Por primera vez, tras años persiguiendo estudios inciertos, la técnica vocal no dependía de la búsqueda de “sensaciones” ni mucho menos “imágenes” u otras ilusiones confusas. La guía es el propio sonido, cuya información aprendo progresivamente a identificar y que mi maestro domina plenamente. Al educar de forma inextricable mis músculos y mi sensibilidad auditiva me siento confiada y segura, no persigo algo interno y en extremo subjetivo sino la manifestación sonora, informativa, de los mecanismos invisibles de la voz. En todos mis compañeros observo la consolidación gradual de un sonido único. De esta cristalización del sonido personal depende la posibilidad de construir no sólo la propia personalidad vocal —una voz reconocible entre las demás— sino, fundamentalmente, el eje de la personalidad artística.
En este camino, en contacto con la realidad del sonido vocal pleno, me encuentro profundamente agradecida de recibir de mi maestro las herramientas que me permiten acercarme a la comprensión de los testimonios del pasado, puestos en palabras y principalmente en música. El estado actual de hiperespecialización y de alejamiento de las fuentes, que afecta con particular crueldad al arte del canto, hacen doblemente estimable su investigación teórica, que abarca la revisión y traducción de tratados y métodos de canto publicados a lo largo de cinco siglos de nuestra historia, y su afán inagotable de conocimiento que lo conduce, y a nosotros junto a él, en un camino interminable de superación.
Llegué al Maestro D’Annunzio con la intención de formarme como cantante. Junto a él he emprendido un camino de conocimiento de mí misma. Aprendo que el arte del canto exige al artista cantante que ofrende su vida entera. Que la paciente construcción de nuestro instrumento, que solo es posible a partir del cuidado y el respeto por un sinnúmero de cuestiones, la mayoría extremadamente sutiles, nos construye a nosotros mismos como personas en el arte y nos brinda la posibilidad de ser, junto a la naturaleza, dueños de nuestra voz. Ha crecido en mí la convicción de que es posible devolverle a la voz el lugar de importancia que dio a luz tantas obras magistrales —sostengo esta convicción en las pruebas indubitables de nuestro sonido, que no son más que el puente entre los frutos inmarcesibles del pasado y las posibilidades vivas del presente.
Belén Baptista, soprano uruguaya.
En muchas facetas del arte vivimos tiempos de degradación, de pérdida de conocimientos valiosos, incluso de animadversión a lo antiguo. El arte del canto no es una excepción. Los grandes cantantes del pasado, con carreras que se prolongaban durante décadas manteniendo sus voces intactas, parecen haber desaparecido.
Dentro de esta imperancia de lo efímero, de este oscurantismo en los conocimientos de la técnica vocal, Luca D’Annunzio es el último gran maestro que reivindica la tradición, una potente luz basada en el conocimiento adquirido a lo largo de siglos de experiencia, que ya se demostró efectivo habida cuenta de las múltiples grabaciones de los cantantes del pasado que aún hoy podemos apreciar.
Con un sentido inequívoco de lo bello, vislumbra las voces en potencia, siendo capaz de sacar de ellas su máxima plenitud técnica y estética. Bajo sus enseñanzas nada es azaroso, las explicaciones son precisas, un mundo etéreo de puntos abstractos de colocación de la voz no tiene cabida. Cada registro, con cada nota, con cada vocal, tienen su correcta y precisa emisión, que busca siempre la naturalidad, sin sobreesfuerzos ni efectos perversos. Dentro de su extenso alumnado cada voz es única, teniendo como punto común la búsqueda del sonido bello. La extensa sapiencia del maestro se aplica para conseguir lo sublime, pues el objetivo último no es sólo formar a personas capaces de cantar, es crear artistas.
Miguel Ángel Ortega, tenor español.
Desde pequeña amo cantar y aunque he cantado en coros por muchos años y he tomado clases con diferentes profesores de canto, nunca me había planteado dedicarme al canto solista. Hasta que un día, casi por casualidad, tomé mi primera clase con Luca D’Annunzio y salí de allí con la convicción de haber encontrado algo que siempre estuve buscando sin saberlo, algo extraordinario. Han pasado ya algunos años desde ese día y aún conservo la misma sensación a la salida de cada clase: la sensación de alegría, libertad y seguridad absoluta.
Luca es un pedagogo con cualidades fuera de lo común: un oído magnifico, conoce a la perfección el funcionamiento del instrumento vocal, es un excelente músico y pianista y tiene una sólida formación enraizada en los preceptos de una verdadera Escuela de canto. Pero además, es sincero, respetuoso de los procesos personales, generoso, humilde y dedicado por completo a sus alumnos y a la búsqueda de un ideal de artista. Es un verdadero Maestro.
El proceso de desarrollo vocal no admite cobardía ni pereza, es duro, sacrificado e intimidante, pero también es inmensamente gratificante y revelador si se tiene una mano firme de la que asirse. Para mí, en este proceso él es un pilar inamovible, un guía incansable que me brinda confianza y contención. El paso del tiempo no ha hecho mas que afianzar mi respeto y admiración por él, y confirmar la frase que tantas veces le escuché decir: hay resultados para quien es paciente y constante.
Sé con certeza que no existe para mí un maestro que no sea Luca D’Annunzio y que todo lo que he aprendido de su mano me ha modificado profundamente como persona y me ha enseñado a amar y a respetar el canto. Me siento orgullosa de ser su alumna y en eterna deuda por alentarme a recorrer el camino del desarrollo consciente y profundo, en el que todos los días me descubro y defino mi vocación.
Angélica Pardo, soprano argentina.
Llegué a Luca D’Annunzio por casualidad, en la estéril búsqueda de una guía para el canto. Empecé a tomar clases con él, e inmediatamente me llamó la atención su dedicación y profesionalidad al impartir de forma efectiva sus conocimientos en cada clase. Fue allí cuando supe que me encontraba bajo la guía de un verdadero Maestro.
El descubrir la escuela que él representa ha sido un proceso paulatino, como quien contempla la salida del sol. Porque es profunda, se basa en la experiencia y en los tiempos personales y porque te enseña a aprender, te forma como alumno y como persona. En esta escuela por primera vez todo cobró sentido para mí: la música es sonido y aprendemos directamente de él, para comprenderlo hay que crecer estética y personalmente para estar receptivo a lo que el sonido nos enseña. Este camino, que parece cíclico, se lo comprende transitándolo, con cada paso vamos conociendo nuestro instrumento, el arte musical y su estética; comprendemos la importancia de la perseverancia y la paciencia, y de la superación de nuestras barreras.
El compromiso íntimo de Luca D’Annunzio con el arte vocal, así como su labor incansable, sabiduría, paciencia y generosidad para con sus alumnos, hace posible que esta escuela de cualidades geniales sea una realidad. El Maestro Luca D’Annunzio es la escuela que representa el arte del canto. Para alguien como yo, que está interesado en recorrer el sendero de la música y el canto, haber conocido al Maestro Luca D’Annunzio ha sido y es una bendición.
Alex Persoglia, tenor argentino.
Luca D’Annunzio es un pedagogo responsable y comprometido. Posee un profundo y refinado conocimiento del arte vocal anclado en la tradición de la escuela italiana. Clase a clase se puede apreciar la maestría con la que resuelve las diferentes dificultades que se presentan en todos los que estudiamos bajo su dirección, logrando el firme desarrollo de los medios vocales y artísticos de cada uno de sus discípulos. Dicha labor, sumada a su integridad, respeto, competencia profesional y humanidad, engrandece la figura de Luca D’Annunzio como maestro de canto y hace de él un formador poco frecuente en la actualidad.
Claudia García Briceño, soprano venezolana.
Una buena voz no es suficiente para aprender el arte de cantar. Es preciso contar con la guía de un pedagogo que, mediante severa formación, permita el desarrollo y la liberación de todas las facultades del cantante.
Tras muchos años de búsqueda, llego a las manos de Luca D’Annunzio, maestro de canto en el sentido más puro y tradicional de la palabra. Conocedor de los verdaderos secretos del arte de cantar, poseedor de un oído culto, capaz de percibir las verdaderas cualidades de sus estudiantes, que logra desarrollar mediante el ajuste y moldeado de los timbres de la voz teniendo siempre como meta la belleza del sonido, condición fundamental para la interpretación de los estilos antiguos.
Vehemencia, sensibilidad exquisita, paciencia del que sabe lo que hace, firmeza de propósito, disciplina extrema y una cultura amplísima que le permite abrazar el estudio del arte del canto en su totalidad son algunas de las características que lo definen y lo hacen merecedor del respeto y amor de todos los que nos instruimos bajo su dirección.
Ryan Borges, barítono brasileño.
En el tiempo que llevo formándome en el arte del canto, no dejo de sorprenderme por la falta de seriedad y de conocimientos profundos con los que se pretende educar a los jóvenes cantantes. Desconocimiento que redunda en fracasos, desilusiones y un futuro profesional incierto ya que todo dependerá de las facultades naturales con las que cada joven haya sido dotado y del factor “suerte” que uno pueda tener al intentar hacer la carrera.
Este tipo de “formación” improvisada y charlatanezca, mucho se aleja de los verdaderos requisitos del arte vocal, que exige de maestros con un refinado y exacto conocimiento de las leyes que se accionan en el estudio de la voz y del arte al cual se presta servicio: el melodrama.
En la búsqueda de mi progreso escuché un centenar de opiniones sobre mi vocalidad y probé una importante cantidad de “formas” de estudiar el canto pero todas eran carentes de solidez y de resultados. Tuvo que pasar un tiempo para que, por consejo de una colega, llegue a las manos del maestro Luca D’Annunzio.
Se trata de un pedagogo que se afirma fuertemente en la tradición y en la aplicación de un método certero, firme y verdadero que responde a las exigencias estéticas de los grandes clásicos del arte vocal.
Escribo estas palabras en gratitud a sus enseñanzas las cuales me permitirán, en un futuro cercano, reclamar mi lugar entre los escogidos del arte.
Tiziana Vaccari Tornatore, soprano italo-argentina.
Fue el maestro Stefano Landi, compositor de La morte d’Orfeo, quien en el siglo XVII habló por primera vez de “artificio técnico”. Las crecientes exigencias de las obras primigenias del estilo recitar cantando, sometía a los vocalistas al curso de rigurosos y prolongados estudios de emisión del sonido ya que no era suficiente contar con un dote vocal de calidad. Así operaron los demás estilos vocales a lo largo de la historia requiriendo de los cantantes una vocalidad cada vez más refinada, virtuosa y expresiva capaz de adaptarse a los requerimientos estéticos de cada época y de cada compositor.
¿Qué pasó con esa tradición y con la metodología de aquellos tiempos? Hoy en día muchos alumnos de las escuelas y conservatorios oficiales finalizan su formación académica, entendida como la superación de una suma de asignaturas regladas, sin haber recibido ninguna educación firme sobre las cual hacer frente a la carrera profesional, lo cual redunda en fatiga, problemas técnicos de toda clase, elección de repertorio inadecuado, etc.
Luca D’Annunzio es un maestro de canto que hace honor a la vieja escuela italiana. Es un pedagogo que educa la voz de sus discípulos con la finalidad de desvelar su verdadera identidad canora, sin artificios de ningún tipo. Es una ardua tarea que exige disciplina y mucha paciencia pero que se declara inevitable para todo aquel que quiera dominar sus propios medios a nivel muscular y auditivo, condición sine qua non para ser un artista completo.
El maestro D’Annunzio en un verdadero entendedor del sonido en todas manifestaciones fónicas lo que le permite llevar la voz de cada estudiante al máximo de sus posibilidades en cuanto a belleza se refiere.
Laura Bazzi, soprano italiana.